El limón argentino, el cítrico que quedó en medio de la tormenta proteccionista cuando Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos , es líder en el mundo. Es más, no sólo es el que comanda la lista de productores de limones frescos sino que, además, es el jugador más importante del planeta en los productos derivados o los industrializados, como se le dice en la jerga.
El dato toma relevancia cuando se mira el comercio internacional de la Argentina y puntualmente, las ventas al exterior. En ese sector, el país está lejos incluso de lo que fueron los propios números. Según datos de la consultora DNI, que dirige Marcelo Elizondo, los productos que desde el país van al mundo representan el 0,3 por ciento del total. ¿Qué significa ese número? Alguna vez, en los años sesenta, representaron el 0,8 por ciento del mundo, más del doble que ahora. Otra comparación, Chile, una economía que en su conjunto es mucho más chica que la Argentina, ya exporta el 0,35% del total de lo que comercia el mundo, además de tener acuerdos con varios de los principales mercados del planeta. El vecino país siempre estuvo por debajo de la Argentina, pero ahora, lo superó. México representa el 2,2% del total y Brasil, el 1,2 por ciento.